Los pies en el suelo

Hola,

Después de daros la brasa con temas algo técnicos, y lo que es peor, encima en inglés, volvemos a la lengua de Cervantes y con un asunto no técnico que no quería dejar de comentar. Posiblemente sea un tema que levante ampollas, pero por favor, sólo quiero dejar un mensaje de esfuerzo y unidad en la comunidad de la tecnología a la que pertenezco, no pretendo en ningún caso ser hiriente o menospreciar a nadie con lo que os voy a contar. Mis disculpas por adelantado.

El otro día, en una demo de un vendedor, un equipo de profesionales portugueses se definió como nearshore. Esta definición no goza de la fama de su hermana mayor, el offshore, pero algo me dice que es un vocablo que veremos pronto en la boca de muchos. Tradicionalmente, el nearshoring es una práctica que en el caso de Europa se ha asociado a países como la República Checa, Rumanía, Polonia o Hungría, y como por desgracia no podía ser de otro modo, para muchos mezquinos tiene una connotación negativa. Para estos sujetos son países de «segunda división» donde por asuntos relacionados con el bajo coste «sólo se hacen chapuzas de baja calidad». Cito textualmente lo que he escuchado a lo largo de los años, y omito mensajes mucho más despectivos, que también los he escuchado.

He presenciado multitud de conversaciones en las que se critica con dureza la calidad que sale de las factorías de nearshoring, y ya no os digo nada de las de offshoring. Igual que para muchos indocumentados es frecuente asociar al andaluz con un amigo de la siesta o al catalán con el apretado con el dinero, la mezquindad y mediocridad de la gente hace que se asocie muchas veces India, Rumanía, República Checa o Polonia con factorías de baja calidad. Algo normal cuando se es corto de miras, cuando no se tiene criterio propio y cuando basamos toda nuestra experiencia en lo que creemos o en lo que nos han contado, porque claro, la mayoría de los que sostiene estas teorías no conoce más horizonte en lo laboral que su provincia. Con suerte, su comunidad autónoma, y en algunos casos, el horizonte se amplía a todo el territorio nacional.

Llevamos años perdiendo el tiempo criticando si, en lo laboral, Andalucía es mejor que Cataluña, peor que Euskadi o igual que Extremadura. Algo que no me sorprende, porque en lo político y en las charlas de bar llevamos haciendo lo mismo también bastantes años, y los que nos quedan. Lo peor del asunto no es que tengamos un horizonte limitado hasta casi rayar la vergüenza y que en muchas ocasiones repitamos tópicos como loros, sino que además es práctica habitual que nos creamos el centro del universo en todo lo que hacemos. Claro, cómo no, es que por habernos pasado 7 años en la Universidad de turno estudiando una ingeniería y chapurrear inglés de chiringuito adquirimos méritos elevados que nos colocan en la cima del Everest del mundo de la tecnología. Pero es que además soy un hacha programando Java, y encima puedo leer y entender documentos en inglés disponibles en Internet, y he sido capaz de verme las seis temporadas de Lost en versión original con ayuda de los subtítulos. Con este pedigrí, ¿cómo no me voy a creer que soy el mejor?

Pero esta fantasía acaba pronto cuando sales del horizonte temporal de tu provincia, comunidad o país y te quitas las borriqueras. Ahí es cuando te das cuenta de que quizás no somos los mejores. Tampoco somos los peores, todo sea dicho, tras algunos años con exposición a muchos países y culturas he llegado a la conclusión de que, comparando conocimiento y experiencia en tecnología, en lo laboral -y me refiero a las TI en este caso- tenemos probablemente un nivel intermedio. Las comparaciones son siempre odiosas, pero en el mundo de los negocios siempre hay que acabar comparando peras con peras, y manzanas con manzanas. Ni los mejores, ni los peores. Insisto, como término medio, ya que también tenemos a gente muy buena y a gente muy mala, como en cualquier otro país.

Y claro, aquí está nuestro problema. Si no somos los mejores, no podemos pretender cobrar tarifas de mejores. Tenemos que amoldarnos a las tarifas de los que son normales como nosotros a la hora de ejecutar proyectos. Y es cuando nos topamos con la dura realidad de que no sólo en España hay servicios profesionales de tecnología capaces de salir del paso, es que los hay también en Portugal, República Checa, Polonia, Bulgaria, Hungría y en la India. Pero allí no cobran lo mismo por los servicios. Allí me hacen el trabajo con un 30 o un 40% menos del coste.

Volviendo a los portugueses de la demo, ellos lo dejan claro. No tienen complejos. «Te hacemos lo mismo, igual de bien, pero es que te cobro un 35% menos. Y estoy a 2 horas de avión y en tu misma región horaria». Mientras en España, muchos quieren seguir pretendiendo que estamos en la cumbre de la tecnología y el conocimiento, y quizás seguimos empeñados en que, salvo honrosas excepciones, todo pase en nuestro entorno, que es donde nos sentimos cómodos. Y cuando nos aventuramos ahí fuera y usamos el inglés de chiringuito en una demo, propuesta o presentación preventa, pues muchos terminan haciendo aguas. Y para rematar la faena, ponemos en lo alto de la mesa tarifas el doble de caras. Resultado: tocados, y hundidos. Que pase el siguiente.

La desgracia de muchas empresas españolas es paradójicamente el clavo ardiendo que las mantiene a flote. El que seamos una cultura que por lo general no mira más allá de su provincia, y donde la internacionalidad es utopía, hace que al final salgamos a flote en nuestro ambiente, porque los que precisan de servicios de TI son iguales de cortos que nosotros y tampoco han salido a preguntar en Rumanía o Polonia condiciones para la ejecución del proyecto. Claro, esto es impensable. ¿Tenéis muchos compañeros rumanos, búlgaros, polacos, marroquíes o indios en vuestras empresas? España para los españoles, dicen los más asalvajados e ignorantes.

Mientras perdemos el tiempo asociando estos países con la ausencia de calidad y con otras disquisiciones culturales de poco o ningún valor, estos ciudadanos se han preocupado de formarse, de tratar de ser mejores y de tener un nivel de competitividad alto. Por citar un ejemplo, es frecuente que en muchos países del este de Europa con 22 o 23 años los profesionales de TI tengan al menos un añito de experiencia laboral tras acabar sus estudios universitarios. En su amplia mayoría vienen de serie, además de con su idioma, con inglés nivel negociación perfectamente hablado y escrito (no, el nivel de negociación no es poder leer cuatro páginas americanas y ver series en VO), y raro es el que no te habla un tercer idioma, español en muchos casos. Ya no os digo nada si hablamos de países en el norte de Europa, de 3 pasamos a 4 idiomas, y del año de experiencia pasamos a dos y también a altísimo nivel. Y además de en Java te programan en varios lenguajes más, y raro es el que no está pensando en hincarle el diente a un máster en temas de negocio. Para más inri, como se han criado en ambientes de multiculturalidad y muchos son de hecho descendientes de parejas con diferentes culturas, son flexibles y extremadamente adaptables a entornos igualmente multiculturales, y no tienen problema alguno en unirse a equipos de trabajo en cualquier lugar del mundo. Estos son los rivales con los que tenemos que competir en el mundo laboral hoy en día. Y si estos profesionales están basados en países de near u offshore, pues prepárate a que te presenten propuestas con la mitad de coste.

Y todo esto que os cuento no es ficción que salga de mi chistera. En 1980, un tal Michael E. Porter, Profesor de la Harvard Business School, publicó su libro Competitive Strategy. Una lectura recomendable, sin duda, en la que encontrarás lo que el autor define como estrategias de diferenciación. Siendo injustos con Porter y simplificando en exceso su visión, dejadme que os lo resuma en dos líneas: o eres líder en costes, o lo eres en diferenciación. Es decir, o tu producto es el líder por ser el más barato, o eres líder porque es el más avanzado y competitivo. En igualdad de condiciones de calidad, no hace falta ser eminente para comprender que lo más sensato es escoger lo más económico. Y este es el modelo que imperará en las TI en el futuro, salvo que seas innovador y coloques en el mercado productos y servicios punteros, extremadamente avanzados y en los que sí te puedes permitir el lujo de cobrar Ferraris a precios de Ferrari. De lo contrario, si te dedicas a aspectos convencionales de la TI, como el desarrollo, el mantenimiento, la integración de soluciones o la consultoría básica por poner algunos de los ejemplos más comunes, vas a tener que cobrar más barato, o te hundirán.

Esta es la realidad fuera de tu provincia, comunidad y país. Esto es a lo que te enfrentas. Quizás lo más prudente sea poner los pies en el suelo, y hacer un esfuerzo en mejorar, porque el día que las empresas cliente para las que trabajas miren ahí fuera un poco mejor, y pierdan el miedo a subcontratar TI en Polonia, la India o Rumanía, te van a quitar el pan. En menos de lo que canta un gallo. Y esto va a terminar pasando, te guste o no te guste. Es inevitable, la situación económica por la que atravesamos está haciendo que los costes sean un importante factor a considerar en operaciones de TI y la externalización de determinados servicios es una bola que ha empezado a rodar y que nadie va a parar.

Sería triste tener que esperar a que entre agua en el barco para pensar cómo escapar de él, ¿verdad?

Un saludo,

11 comentarios sobre “Los pies en el suelo

  1. (Aplausos) Cuanta razón tienes!

    Yo cuanto más aprendo, más humilde me voy haciendo, a la fuerza, cuando si he recorrido 10m en el camino hacia el conocimiento, veo que se abren otros 200km de camino delante de mi. Solo el imbécil cree haber llegado al final del camino cuando apenas ha recorrido 50cm.

    Y España, por desgracia, está llena de imbéciles, y encima orgullosos. Y yo fui uno de las más imbéciles y orgullosos, he de reconocerlo, siempre tuve una gran capacidad para resolver problemas, y eso me confundió. Ahora siento hasta vergüenza de no tener el nivel de inglés que me gustaría (aunque me defiendo) y no saber más idiomas. Y me esfuerzo todos los días por mejorarlo, y por mejorar y ampliar mis conocimientos en informática. No es fácil, requiere esfuerzo y sacrificios, pero nada que vale la pena sale gratis.

    Aunque afortunadamente, sobre todo a nivel de free-lances, estoy empezando a ver que ya hay gente joven muy preparada (que aún no se han atrevido o no han querido emigrar) y con más humildad que los de nuestra generación (30-40 años). Aunque a nivel de empresa, sobre todo en puestos de dirección, aún hay demasiado imbécil con la barriga llena. Ya aprenderán, como bien dices, cuando les llegué el hambre, porque les llegará. Porque vienen otros empujando muy fuerte y con la cabeza baja, sin presumir abiertamente de sus carencias, como los nuestros.

    En el país vecino, del que más nos valdría aprender de la tradicional humildad lusa, he visto personalmente a profesionales no solo muy preparados, si no a algunos de primer nivel en especialidades muy concretas. Y con una buena cultura general y buen manejo de los idiomas. Profesionales ante los que quitarse el sombrero.

    Pero creo que en justicia, habría que verlo de otro modo. Me explico. En el país vecino, el luso, que me cae al lado (soy gallego), el nivel medio de los profesionales de TI, es medio, tirando a mediocre (que nadie se ofenda, es lo que he percibido). Al igual que en España. De hecho, hay bastantes profesionales de mi comunidad ganándose allí el sueldo para cubrir puestos cualificados que escasean de buenos profesionales en ese país. Evidentemente, hay gente buena, muy buena y preparada, que destaca y sale más allá de sus fronteras. Al igual que sucede en esos países que has mencionado, y que son esa gran competencia a la que nos tenemos que enfrentar. Ahora bien, eso sucede también, y afortunadamente en España cada vez más. También hay empresas y profesionales en España de los que sentirnos orgullosos y que dejan un buen sabor de boca en el extranjero.

    El problema es la foto general, la panorámica, sobre todo en los que cortan el bacalao a nivel de TI en este país. Eso por lo general es de vergüenza ajena, no solo a nivel de profesionalidad, si no como bien dices, en las maneras. Nos pierden las formas, y el orgullo que se alimenta de la ignorancia. Y el problema está en que no nos cortamos en airear lo tontos que somos. Mas nos valdría callarnos, y parecer tontos, que abrir la boca y confirmarlo. Pero tienes que entender que también tienes la imagen distorsionada por lo que bien que conoces el mercado de Ti patrio, y sus vergüenzas. Pero creo que a nivel profesional individual, esta cambiando. Pero si es cierto que a grandes rasgos, esos países están avanzando con buen pie, con mucho esfuerzo, y aprovechando bien las oportunidades que se les ofrecen, tampoco deja de ser cierto, que también tienen su buena dosis de mediocridad. La diferencia, creo yo, es que tienen la sensatez suficiente para no ir presumiendo por ahí de lo que no tienen, algo que por desgracia, creo que es algo que abunda en nuestro país.

    Saludos

  2. Gran post, no comparto la mirada y/o la preocupación nacional… lo único que me apena de que el que quiera hundir su negocio, que es su subsistencia y su futuro, lo haga es que al destruirse el tejido, los que tienen buenas ideas y están más abiertos de miras, también lo tienen más difícil, a pesar de tercerizar todo.

    Por lo demás, es evidente que los españoles tienen que bajarse el sueldo un 40%, pero es muy irónico que lo entiendas tú y no ellos, porque tú llevas tu tiempo ya por ahí prosperando por el continente ;)

  3. Excelente Articulo, y esto no solo es tema español… este es un tema que en cuestion de muy pero muy poco tiempo se extendera a nivel mundial… Me fastidia la palabra pero lo queramos o no esto se esta «globalizando» y ahora no solo competimos con el de a lado…

    Un saludo.

  4. Sergio, en el clavo. Has puesto por escrito una serie de apreciaciones que algunos venimos teniendo hace algún tiempo. Y como dices, este barco se está hundiendo… queramos o no, tardará más o menos, pero llegará el día y para muchos será toda una sorpresa encontrarse con que sí hay compentencia de nivel comparable y a mitad de coste.

  5. Sergio, yo no podría estar de acuerdo en lo que dices, no obstante hay una puntualización que me gustaría hacer:

    Cuando se dice que hay que bajar los salarios un XX% no se puede generalizar. Ya sabes que si se comparte la responsabilidad resulta que no es de nadie…

    Hay que bajar tarifas para ser competitivos¿? SÍ. Pero eso no tiene que pasar por bajar salarios a programadores, analistas, auditores, que cobran 25k… lo que hay que hacer, es terminar con esa clase dirigente/gerente que cobra 5/6 veces más y no aporta realmente ese valor… Esa clase dirigente que no fomenta la formación de los empleados, esos que viven de calentar la silla y no permite progresar…

    No todos en España hacemos las cosas medio bien, hay algunos que las hacen realmente bien (pocos), otros realmente mal (bastantes), etc.

    Y por supuesto (desgraciadamente) según lo veo yo, poco tiene que ver las tarifas ofertadas por/para un proyecto con la remuneración de los currantes que integran el equipo… eso yo creo que es lo que hace la diferencia entre ser competitivos o no…

  6. Excelente la frase

    …»y he sido capaz de verme las seis temporadas de Lost en versión original con ayuda de los subtítulos»

    .. y resulta que toda mi vida en america latina mirando el cable con subtitulos (como todos los demas) y era en experto en idiomas sin saberlo!!, en fin, creo que solo en España se piensa que la razón de ver peliculas en version original subtitulada es porque se quiere aprender un idioma.

    Cosas como estas que dan la pauta del la poca capacidad para ver el entorno exterior.

    PD: Y para los que no se dieron cuenta que hay un mundo diferente mas allá de España les comento que el resto del mundo sabe que Terminator jamás dijo «Sayonara Baby»

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